domingo, 11 de enero de 2009

Cuestionario: Lógica del concepto



1. ¿Cuáles son las tres fuentes de conocimiento? ¿Por qué se suele hablar sólo de dos?

2. ¿Es lo mismo un percepto que un fenómeno? ¿Por qué?

3. Dé algunos ejemplos que demuestren que la "experiencia" como forma de conocimiento nunca es un hecho pasivo?

4. ¿Por qué los conceptos son más económicos y útiles psicológicamente que las imágenes?

5. ¿De qué está hecho un concepto?

6. ¿Qué es la intensión o comprensión de un concepto?

7. ¿A qué llamamos extensión de los conceptos?

8. ¿Cuándo llamamos "atómica" a una idea?

9. ¿Por qué las nociones abstractas refieren a un universo "metafísico", más que real?

10. ¿Por qué afirmó el filósofo H. Marcuse que el pensamiento abstracto tiene un potencial revolucionario?

11. ¿En qué sentido el ejercicio de la racionalidad supone generosidad?

12. ¿En qué sentido los estudios de humanidades forman la inteligencia?

13. ¿Cuándo adquieren las ideas un valor teleológico?

14. ¿De qué podemos formarnos ideas? ¿Sólo de entidades reales?

15. ¿A qué llamó Kant "esquema"?

16. Los nombres propios, ¿son términos de conceptos? (cfr. tx. de María Zambrano).

17. ¿Por qué los conceptos no pueden ser verdaderos ni falsos?

18. ¿Están siempre los conceptos significados por nombres sustantivos aislados?

19. Distinga entre término, concepto y referente objetivo. ¿Es lo mismo objeto que "ente real"?

20. Ponga ejemplos de términos equívocos y explique por qué lo son.

21. Lo que somos, ¿depende de la idea que nos formamos de nosotros mismos?



Texto para comentar



Todo concepto genera una extensión, aunque sea desconocida o ilimitada.
Mientras que el nombre propio, único, inalienable, es el que confiere la
presencia con sólo ser pronunciado, el que desata la súplica o la invocación, o
el que estalla sin darse a conocer en el gemido, el que se riega en el
llanto.
Y así, si se es fiel a este sentir que funda el simple percibir de la
pulsación del corazón como centro de nuestra vida, queda su reiteración como
victoria que se alza, la victoria de nuestra vida, o la de alguna otra en ella
encerrada.
María Zambrano. Claros del Bosque, V, VII.

Cuestión para debatir: ¿Qué le parece la reciente costumbre de escribir con minúscula los nombres propios? ¿Puede ser un síntoma de la despersonalización o deshumanización de la vida actual? ¿Significa el nombre propio un concepto universal? ¿Por qué sí o por qué no?

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